Jueves 4 de diciembre Dios Valora un Corazón que no está Dividido

Texto Bíblico: Oseas 6:1-6

“¡Vengan, volvámonos al Señor! Él nos ha despedazado, pero nos sanará; nos ha herido, pero nos vendará. 2 después de dos días nos dará vida nuevamente; al tercer día nos levantará, y así viviremos en su presencia. 3Conozcamos al Señor; esforcémonos por conocerlo. Tan cierto como que sale el sol, él habrá de manifestarse; vendrá a nosotros como la lluvia de invierno, como la lluvia de primavera que riega la tierra. 4 «¿Qué voy a hacer contigo, Efraín? ¿Qué voy a hacer contigo, Judá?

El amor de ustedes es como nube matutina, como rocío que temprano se evapora. 5 Por eso los hice pedazos por medio de los profetas; los herí con las palabras de mi boca. ¡Mis juicios brillan como la luz! 6 Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios, conocimiento de Dios en lugar de holocaustos.”

Algunos pensamientos

¿Te has preguntado alguna vez cómo es el corazón de Dios? Conocemos muchas de sus características llamadas atributos: Él es santo, justo, recto, amoroso, omnisciente, etc. Pero ¿Y Su corazón? ¿Tiene Él una conexión emocional y personal con las personas? ¿la tiene contigo? Estas palabras de Oseas son sumamente intrigantes. Acabas de leer que Dios nos ha "ha despedazado, pero nos sanará” (v 1). "En poco tiempo, nos levantará (¿para qué?), para que podamos vivir en Su presencia (v. 2).

Aquí tenemos una idea sobre cómo es el corazón de Dios hacia ti y hacia mí. Él quiere que vivamos en Su presencia... a Su manera, como Él lo manda. Desde nuestro punto de vista, ignifica arrepentirse. Su presencia es santa. Nosotros no somos santos, en el sentido natural. No estoy segura de que siempre nos damos cuenta de esta verdad. Me temo que para nosotros la santidad no es muy importante. Pero algo hay que hacer al respecto. El “hacernos pedazos”, es una de las formas de Dios para despertarnos y que comprendamos nuestra necesidad de arrepentirnos y darle importancia a la santidad, desde la perspectiva de Dios.

Oseas escribe sobre la importancia de perseverar en nuestra intención de “conocerlo”. ¿Cómo perseveramos tú y yo? Absorbiendo Sus palabras. Leemos en otro lugar que “la palabra del Señor es más cortante que una espada de dos filos”. La palabra de Dios nos trae la verdad, Su verdad que inevitablemente expone nuestra necesidad de arrepentimiento. Oseas es muy directo aquí. ¡Los profetas de Dios vinieron a “despedazarnos” con sus palabras”! Dios quiere tu amor entero, no dividido, no es mera y simplemente obedecer la ley sacrificial. Dios busca tu corazón, no tus acciones religiosas. Las acciones son consecuencia, pero no sustituyen a un corazón completamente entregado a amar al Padre. ¿En qué forma y dónde Dios te está hiriendo? Él busca tu corazón íntegro, no dividido.

Oración

“Señor, no sé qué pedirte; solo tú sabes lo que necesito; Tú me amas más de lo que yo me amo a mí mismo. Oh Padre, da a Tu hijo lo que él mismo no sabe pedir. No me atrevo a pedir cruces ni consuelos; simplemente me presento ante Ti, Te abro mi corazón. Mira mis necesidades, que yo mismo desconozco; observa y actúa según Tu tierna misericordia. Hiéreme o cúrame; rebájame o elévame; yo adoro todos Tus designios sin conocerlos; guardo silencio; me ofrezco en sacrificio; me entrego a Ti; no deseo otra cosa sino cumplir Tu voluntad. Enséñame a orar. Mis ruegos a Ti, que Tú las hagas a Ti mismo. Amén. —François de la Moth Fénelon, 1651-1715

Previous
Previous

Viernes 5 de diciembre Dios Te Conoce, Te Llama y Te Capacita

Next
Next

Miércoles 3 de diciembre. Tendremos Paz, Esa Paz