Sábado 6 de diciembre ¿Tienes Algún Conflicto con Cristo?
Texto Bíblico: Marcos11:27-33
27 Llegaron de nuevo a Jerusalén y, mientras Jesús andaba por el Templo, se acercaron los jefes de los sacerdotes, los maestros de la Ley y los líderes religiosos. 28 —¿Con qué autoridad haces esto? —lo interrogaron—. ¿Quién te dio autoridad para actuar así? 29 —Yo voy a hacerles una pregunta a ustedes —respondió él—. Contéstenmela y les diré con qué autoridad hago esto: 30 El bautismo de Juan, ¿procedía del cielo o de los hombres? Respóndanme. 31 Ellos comenzaron a discutir entre sí: «Si respondemos “del cielo”, nos dirá “entonces, ¿por qué no le creyeron?”. 32 Pero si decimos “de los hombres…”». Es que temían al pueblo, porque todos consideraban que Juan era realmente un profeta. 33 Así que respondieron a Jesús:
—No lo sabemos. Jesús dijo:
—Pues yo tampoco les voy a decir con qué autoridad hago esto.”
Algunos pensamientos
Jesús fue Profeta, Sacerdote y Rey. Una de las funciones de los profetas era proclamar la verdad. A menudo, hacerlo los metía en problemas. Como en este caso, una conversación tuvo lugar durante la Semana Santa. Un poco de contexto nos ayudará a comprender la importancia de esta interacción del Señor con los líderes religiosos. Anteriormente, Jesús había purificado el Templo de los cambistas. Había sanado a un ciego. Había perdonado a la gente de sus pecados. Los líderes religiosos pertenecían a uno de tres grupos: los maestros (escribas), los sacerdotes y los ancianos. Ellos eran la autoridad religiosa. Es importante señalar que esta autoridad para interpretar las Escrituras se otorgaba a muy pocas personas. Tal estatus no se concedía sino hasta cuando la persona tuviera al menos treinta años de edad. Solo los hombres más brillantes alcanzaban esta posición. Por lo general, estas personas habían memorizado todo el Antiguo Testamento. A Jesús se le percibía como tal. Por lo tanto, los líderes religiosos acudían a Jesús una y otra vez exigiéndole pruebas de Su autoridad, sobre todo porque contradecía las interpretaciones de ellos.
Este pasaje es otro ejemplo del conflicto para Él. En las discusiones entre rabinos, la pauta habitual era responder a una pregunta con otra. [aquí se sigue el mismo patrón]. La pregunta del rabino que respondía a la pregunta inicial debía ser no solo una respuesta, sino dar también una comprensión de las implicaciones de la primera. Se ve cuán perspicaz fue la pregunta del Señor Jesús. Con ella obligó a los líderes religiosos a enfrentarse a la disyuntiva entre definir si Juan Bautista era un profeta que hablaba la verdad de Dios desde el cielo, o simplemente sería declararlo un hombre común y corriente que expresaba ideas humanas. La opinión pública estaba a favor de lo primero: Juan expresaba la verdad de Dios.
Los líderes no estaban dispuestos a creerle a Juan porque eso destruía su posición y tendrían que admitir que Jesucristo era el Mesías. Tampoco estaban dispuestos a ir en contra de la opinión pública, porque los expondría como fanáticos religiosos. Por lo tanto, se negaron a responder a la pregunta del Señor. Entonces Jesús continuó con una parábola en la que expuso aún más la hipocresía de los “investigadores”. ¿Tú consideras que estos líderes religiosos eran personas de corazón duro que protegían su posición negándose a reconocer el señorío de Cristo? ¿Con qué frecuencia la autoridad del Señor Jesús origina conflictos en tu vida? (¡Siguiendo el ejemplo del rabino!) ¡Si el Señor siempre está de acuerdo contigo, estás en problemas!
Oración
“Oh Señor, no permitas que de ahora en adelante yo desee la salud ni la vida, sino solo para gastarlas por Ti, contigo y en Ti. Solo Tú sabes lo que realmente me conviene; haz, pues, lo que mejor Te parezca. Dame o quítame; conforma mi voluntad a la Tuya; y concédeme que, con humilde y perfecta sumisión, y en confianza santa, reciba las órdenes de Tu eterna Providencia; y adore por igual todo lo que me viene de Ti; por Jesucristo nuestro Señor. Amén.” —Blaise Pascal (1623-1662)